MARC CHAGALL EN MADRID: LA TRASCENDENTE MIRADA DE UN GENIO

Fundación Mapfre, Madrid. Paseo de Recoletos, 23. Hasta el 5 de Mayo de 2024.

La Fundación Mapfre nos ofrece una magnífica y atractiva exposición retrospectiva consagrada por entero a la de pintura de uno de los más grandes maestros del siglo XX , el pintor ruso de origen judío Marc Chagall (1887-1985) pintor figurativo inclasificable pero absolutamente reconocible por su estilo peculiar, sin igual, pese a beber de fuentes pictóricas naturalistas, impresionistas y post-impresionistas, cubistas, surrealistas, etc. Chagall absorbió y sintetizó todas estas corrientes en su obra y pintó en su Vitebsk natal hasta la finalización de la Primera Guerra Mundial, después se trasladó a París donde residió (también en Berlín) durante el período de Entreguerras, para regresar a París, hasta que en 1941 pudo escapar a Lisboa, con rumbo a Nueva York, regresando en 1948 a París, y posteriormente instalándose en el ambiente rural francés, en una pequeña localidad, Saint Paul de Vence hasta su muerte en 1985.

Su larga vida, y por tanto su extensa mirada, vivencian y contemplan en casi toda su extensión el convulso y trágico siglo XX. Chagall es testigo del costumbrismo y la miseria del final de imperio zarista ruso, del antisemitismo previo a la Primera Guerra Mundial, así como de la barbarie que supuso este conflicto. Asimismo, en el período de Entreguerras añora su Rusia natal (que siempre aparecerá de una u otra manera en todos sus cuadros) y sus raíces judías, con sentimientos de angustia, anticipando el Holocausto. También es testigo de la Segunda Guerra Mundial y conocedor del exterminio de sus hermanos de raza.  Esto no le impide nunca pintar de forma figurativa con impecable realismo pero siempre de forma personal e intransferible, expresiva, colorista, con innegables toques surrealistas, dotando a sus lienzos de una singular fuerza visual que atrapa al observador. Con Chagall nos encontramos siempre, sea cual sea la temática (la guerra, la enfermedad, la muerte, el antisemitismo, la esperanza, la religión, la farsa, la vida cotidiana, las composiciones religiosas) ante cuadros de notable impacto, bien por la composición, original, sutil o extraña, bien por el uso del color, por la perspectiva, por la composición o por todos estos factores juntos. De igual modo, la temática religiosa y el aspecto espiritual y marcadamente antibelicista de sus obras conmueven poderosamente al espectador, que nunca queda indiferente ante la contemplación de sus cuadros, en ocasiones, perturbadores (hay escenas bíblicas del Antiguo testamento, pero también numerosas representaciones de la crucifixión de Cristo, etc del Nuevo testamento).

En la exposición de la Fundación Mapfre se nos ofrece un abanico muy amplio y representativo de las diversas etapas de la evolución del genial pintor, y por lo tanto resulta muy completa y apabullante. Hay que resaltar que si bien muchos lienzos llegan hasta esta magna exposición desde el Museo Chagall de Niza y el centro de Arte Georges Pompidou de París, hay otros muchos cuadros de Chagall difíciles de contemplar, bien porque llegan de Museos norteamericanos o bien porque proceden de colecciones particulares lo cual aumenta el interés de la muestra.

En definitiva, sensacional exposición, de visita obligatoria sin ninguna duda, pues constituye un auténtico festín para el amante de la pintura: en pocas ocasiones se tiene la ocasión de apreciar de una sola vez, en una sola mirada pero a través de numerosas obras maestras de diferentes estilos y de tan singular impacto y belleza, la trascendente mirada pictórica de un genio indiscutible.

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