
Nasciturus
Cuando era más joven, incluso infante, admiraba a las mujeres, las veía como lo más bello que existía en el Universo, capaces incluso de transmitir la vida: el ser humano, el hijo de Dios, la familia de Dios. Después crecí, y descubrí, con terror y asco, que muchísimos de esos seres que consideraba tan bellos se habían tornado en profundos ángeles caídos, y se dedicaban a asesinar a sus propios hijos.
Las entrañas de todas esas mujeres han sido y siguen siendo muchísimo peores que las cámaras de gas de los nacis, o que los hornos donde los cartagineses tiraban vivos a los niños menores de dos años en ofrenda a Moloc, o que los altares aztecas donde arrancaban la vida y bebían la sangre de sus hermanos.
En las entrañas de todas esas mujeres se ha instalado el infierno, la negación de la vida del hombre, la ausencia total de libertad y de amor. El odio que allí reina es tan devastador que a día de hoy han sido asesinados miles de millones de hombres: miles de millones de hijos aniquilados por sus madres.
Esto es tan terrorífico y asusta tanto que los hacedores del mal lo han transformado en un derecho, en el derecho más importante que la mujer haya alcanzado nunca. Así es el odio tan grande que existe contra la madre, contra todas las mujeres que puedan serlo…, en una sociedad a la que le ha dado por adorar a la madre Tierra, a la Pachamama, y a todos sus hijitos, salvo al hombre, porque para todos estos desgraciados el hombre es el virus que hay que aniquilar.
De vez en cuando se producen manifestaciones a favor de todos estos niños asesinados, en contra de todo este exterminio atroz. Después llegan los lobbies y los Mass Media y vuelven a elogiar la Cultura de la Muerte, y la Muerte de la Vida. Así es la Agenda 2030: un ideario donde se promulga la Cultura de la Muerte del Hombre, la Cultura de la Violación de Conciencias, del Sentimentalismo relativista, de la Gran Pachamama… y la búsqueda de la eterna juventud para todos aquellos que ven a sus semejantes como una mierda en el camino.
Ya lo narraron en la Biblia hace más de 4000 años: lo que más odia el diablo es al ser más perfecto salido de las manos de Dios: la mujer; pero la odia aún más cuando es madre. Por eso quiere someterla y degradarla a la infamia de destruir lo más grande que lleva en ella: su hijo. Y así es, lo que el diablo odia sobre todas las cosas es a la Madre de Dios, porque odia al Padre, odia al Hijo y al Amor que todo lo llena.
En esta Tierra, en este tiempo, en esta vida, Lucifer ha instaurado la guerra… contra la mujer/madre, y muchos seres humanos se han apuntado a su bando, principalmente mujeres. Así es que muchas mujeres y muchos hombres se han convertido en lobos para el ser humano. Odian la vida, que debería ser el derecho más inviolable de todos. Y a su declaración de muerte del nasciturus la llaman derecho.
Sería interesante saber qué pasará cuando todas esas madres miren a sus hijos asesinados a los ojos; supongo que sólo alcanzarán la paz aquellas que sepan pedirles perdón y aceptar el abrazo que ellos estarán deseando darles.